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Los olvidos que nos hermanan: un mural hecho entre artistas colombianos y mexicanos

Más de 30 artistas fueron convocados en la pasada Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo) para realizar el mural sobre lienzo Somos la memoria del olvido. Será donado al Museo de la Memoria en Bogotá.

Los artistas participantes en el proyecto compartieron puntos de vista previamente en un encuentro  /Cortesía: Trineo Comunicaciones
Los artistas participantes en el proyecto compartieron puntos de vista previamente en un encuentro /Cortesía: Trineo Comunicaciones

Juan Sebastián Angulo

Magíster en estudios de la imagen.

UNAM

Para ARTERIA



Más de 30 artistas fueron convocados en la pasada Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo) para la realización del mural sobre lienzo titulado ‘Somos la memoria del olvido’, obra para la cual se unieron el Centro Nacional de Memoria Histórica, la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de los Andes, y México ‘Raíces y encuentros’. México fue este año el país invitado en la edición 35 de la Filbo.


Contar con la presencia de un país invitado a un evento cultural de la importancia como la Feria Internacional del Libro de Bogotá, exhortaba a rememorar, los aportes de esa nación, al entramado artístico mundial.

El mural estuvo expuesto en la Feria del Libro de Bogotá. /Cortesía: Trineo Comunicaciones
El mural estuvo expuesto en la Feria del Libro de Bogotá. /Cortesía: Trineo Comunicaciones

En el caso de México y, particularmente, en el campo de las artes visuales, no podemos dejar de resaltar el muralismo, como una de las pocas vanguardias nacidas en este continente, que se emancipó como un movimiento artístico de carácter mundial.


También, la creación gráfica, que se evidencia en una amplia tradición visual que va desde los pictogramas sobre arquitectura de los pueblos originarios, además de los códices prehispánicos, pasando por los grabados de autores como Posada, el movimiento de gráfica social reaccionario de 1968, hasta una amplia diversidad de dibujantes e ilustradores mexicanos contemporáneos.


Ambos, muralismo y gráfica, son elementos narrativos que se desplegaron en el pabellón de México en el recinto ferial, en consonancia con que este año se conmemora el centenario del muralismo, por lo que allín instalaron una reproducción de la obra de gran formato Dualidad, de Rufino Tamayo, y la exposición ‘En el Fondo, no todo son letras’, donde se recorre una selección del acervo gráfico, del Fondo de Cultura Económica.


Cabe destacar el trabajo colaborativo, en contexto y en sitio para la realización del mural Somos la memoria del olvido; que como una plataforma de creación colectiva ha permitido afianzar afinidades entre dos países que muchos nombramos hermanos, a pesar de la distancia geográfica.


Desde México, el curador Emilio Payan fungió como director artístico del proyecto, seleccionando a un grupo de artistas gráficos de su país.


En Colombia, el Centro de Memoria Paz y Reconciliación convocó, a partir de sus procesos de investigación, un grupo de creadores colombianos, quienes, desde diferentes puntos de vista, han explorado las narrativas visuales del conflicto armado del país. También invitaron a estudiantes y maestros de las facultades de artes visuales de Bogotá.


/Cortesía: Trineo Comunicaciones

Entre el 17 y el 21 de abril, los grupos se encontraron en la Facultad de Artes de la Universidad de los Andes, para desarrollar un laboratorio de sensibilización y conceptualización, orientado por las preguntas: ¿cuáles son los objetos de nuestros recuerdos? ¿Qué recordamos? ¿De quién es la memoria? ¿Cómo recordamos?, todas con el propósito afianzar y potenciar la realización del mural.


Para los artistas, resultó una experiencia sumamente significativa –según dijeron algunos– poder observar la variedad de acercamientos y procesos creativos diferentes al de cada uno, lo que contribuyó a ampliar su quehacer y sus puntos de vista.


En el caso de los artistas mexicanos, reconocer los espacios, agentes, formas de ser y de hacer de Colombia, durante un momento de tanta exaltación cultural, como la Filbo, permitió explorar algunas de las maneras en que los colombianos hemos tramitado la tragedia de la violencia, a través del arte y sus diversas operaciones.


Para los artistas nacionales resultó de suma importancia conocer el trabajo de artistas plásticos, provenientes de un país donde la tradición del mural y de la gráfica es amplia y pudieron experimentar desde el hacer y la conversación, algunas facetas de dicha tradición artística.



Para el público en general significó apreciar el lienzo de 30 metros de largo, que en el pabellón de México dentro de Corferias y que será donado al Museo de la Memoria, en Bogotá, para recordarnos que las conversaciones que suelen entablarse entre México y Colombia han sido significativas, seguramente, lo seguirán siendo.


El eje curatorial de la participación México en la Feria del Libro se basó en las raíces y lo que en presente aún nos conecta, los encuentros. Dichas raíces, se remiten a tiempos prehispánicos, varias coincidencias históricas que sirven para recordar, entre otros, el olvido sistemático fruto de la erradicación de las memorias indígenas, pero que varias prácticas artísticas han conmemorado y revitalizado.


Así, no podemos permitirnos olvidar, que antes de la llegada de la nombrada ‘Madre patria’ ambos territorios éramos hijos de una naturaleza, venerada por culturas originarias. También, que compartimos palabras, que se remiten a ese pasado indígena, y que aún continúan vigentes en nuestra lengua, sobrepasando el idioma europeo impuesto.


Además, que nos unen alimentos comunes y contundentes dentro de las dietas de ambos lugares, con ingredientes como el maíz, el chocolate, el café y el frijol, y, así, nos seguimos encontrando dentro de la redondez perfecta de la tortilla y las arepas.

/Juan Sebastián Angulo. ARTERIA
/Juan Sebastián Angulo. ARTERIA

Por otra parte, desafortunadamente, en ambos lugares continúan violencias sistemáticas, que no han cesado desde la llegada de los españoles, con efectos como el despojo de tierras, los desplazamientos, el daño a ecosistemas vitales, la desigualdad extrema en los habitantes, la desaparición de comunidades enteras, entre otras tragedias, que se han enmarañado en todas las esferas de ambas realidades nacionales.


Por lo que, ante tanta zozobra, vale la pena continuar realizando acciones como este mural, para recordarnos que no podemos seguir olvidando, lo que ha querido ser exterminado.


Artistas participantes en el proyecto

Ailyn Mosquera

Antonio Ortiz Herrera, «Gritón»

Bastardilla

Camila Barón Garzón

Carlos Ortiz (Mampuján Tejiendo Sueños)

Daniel Felipe Rodríguez

Daniel García Lozano

Erik Arellana Bautista «Chico Bauti»

Erika Diettes

Fernando Arias

Isabella Siabato Jara

Johan Estiven Ruíz Josa

Johan Samboní (Puerto Resistencia)

Juana Alicia Ruíz (Mampuján Tejiendo Sueños)

Lina María Patiño Góngora (Coomunarte)

Luz Manuela Avella Faura

Marcos Roda

Miguel Ángel Hernández Mendieta

Patricia Soriano

Pitter Sepúlveda (Puerto Resistencia)

Ricardo Peláez

Santiago Díaz Cifuentes

Santiago Parra

Sergio Sánchez Santamaría

Silvia Narváez (Casa de la Memoria de Nariño)

Tatiana López (Casa de la Memoria de Nariño)

Triana Parera

Vanessa Nieto

Violeta Anahí Pulencio

Wilson Ramírez Guzmán (Coomunarte)




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