Juan Betancourth, Leyla Cárdenas, Laura Weisner y Paulo Licona son algunos de los artistas–laboratoristas que participan en el laboratorio de creación-investigación ‘Instalaciones y representaciones’ espacio de creación e investigación, organizado por el Ministerio de Cultura.
LILIAN CONTRERAS FAJARDO
Periodista
Para ARTERIA
Instalación, procesos de montaje, así como la relación del cuerpo con el espacio y los objetos son algunos de los temas que se exploran en el Laboratorio creación-investigación ‘Instalaciones y representaciones’, que el Ministerio de Cultura adelanta en Leticia, Amazonas.
Se trata de un espacio generado en Leticia por el área Artes Visuales del Ministerio de Cultura, dirigido a todo aquel que se considere artista, que promueve los procesos creativos mediante experimentación y diálogo mutuo.
El laboratorio aborda la experiencia y el pensamiento creativo con el fin de reconocer la espacialidad, personal y territorial, mediante la apropiación de técnicas que van desde lo escultórico a lo tecnológico, y la reflexión en torno a la relación de estos elementos con la instalación.
Juan Betancurth, artista encargado del laboratorio sobre la ‘Espacialidad sonora, presencia del cuerpo y sensación de espacio’, comenta que durante sus jornadas los asistentes han “explorando la ‘fisicalidad’ del sonido; sonido, memoria y ubicación; espacios de memoria en los recuerdos y los sonidos que hacían parte de ese contexto”.
Además de Juan Betancourth, entre los talleristas se encuentran Leyla Cárdenas, Laura Weisner y Paulo Licona. Cada uno aporta desde su quehacer, práctica, experiencia y visión, enfoques y direcciones sobre procesos instalativos.
Este laboratorio comenzó el 28 de septiembre y durante la primera semana los participantes enfatizaron en los espacios imaginarios, cómo llevarlos a los espacios físicos y cómo transformar materialmente las ideas oníricas.
En la segunda semana la experimentación giró en torno a la instalación y la primera semana de octubre Laura Weisner dirige la conversación a partir de la “activación de los objetos a partir de las instalaciones y cómo el cuerpo relaciona estos elementos con las fuerzas del espacio, teniendo el vínculo más performativo a partir de los juegos coreográficos”, según dice.
Por ser un espacio de experimentación y diálogo, el laboratorio cuenta con una estructura muy lúdica en la que participan 20 personas, aproximadamente, que reflexionan sobre la función de hacer arte y cómo fomentar nuevas perspectivas de experiencia y libertad a la hora de asumir el proceso creativo.
Es decir, los laboratoristas que viajan desde Bogotá no enseñan cómo hacer una obra escultórica o hablan sobre insumos o maneras de proceder, porque en cada territorio hay diferentes aproximaciones, ritos, costumbres y saberes propios que generan la diversidad cultural.
La participante Pilar Maldonado expresa que el laboratorio ha sido una buena experiencia. “Me inscribí con la mente abierta, con ganas de transformarme y abrirme a nuevos lenguajes de expresión. Con los talleres he sentido la invitación a habitar otros mundos sensibles y el reto de expresar de maneras poco habituales para mí.
"Conocer el trabajo de estos artistas como Leyla Cárdenas y Juan Betancourth es muy inspirador. Sigo con mis expectativas despiertas al proceso con Paulo Licona y con Laura Wiesner, estoy agradecida por poder participar del laboratorio y de compartir tanto con los talleristas como con otros artistas de la región”.
“La movida aquí es muy interesante –dice Paulo Licona– porque el entendimiento de las prácticas artistas está ligado a la pintura, escultura, a lo tradicional. Entonces, el taller ha sido muy chévere porque hemos establecido unos diálogos que nos permiten movernos entre el conocimiento, las nuevas formas de abordar las artes y las prácticas ancestrales o la movida cultural propia de la región”.
Licona, aborda junto a los aprendices el montaje de la obra, entendiendo que la museografía también es una especie de instalación, y que los soportes y materiales utilizados no deben ser necesariamente sofisticados porque “acá hay unos recursos fantásticos”, comenta.
El resultado de ‘Instalaciones y representaciones’ en Leticia será la creación de proyectos en 4D que reúnan los espacios imaginarios y físicos. Por eso, los talleres tienen como ejes transversales la apropiación de los diferentes conceptos relacionados con la instalación y procesos de montaje, el papel del territorio personal y físico en la creación y conceptualización de proyectos instalativos, el uso de herramientas de arte y tecnología para el dialogo entre las instalaciones (dispositivos) y sus espectadores y elementos escultóricos propios del quehacer instalativo.
Los laboratorios “Instalaciones y representaciones” se realizan en Leticia y Santa Marta, regiones priorizadas por el área de Artes Visuales para el desarrollo de estos procesos de formación.
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