Etcéteras’ es la exposición retrospectiva de Jim Amaral, organizada por el Museo de Arte Moderno de Bogotá, que se presenta en el piso 30 de la torre Atrio.
La exposición ocupa todo un piso del edificio y muestra distintas etapas del artista, como sus máquinas (que usualmente la gente toca para hacerlas sonar) o los muebles. Con una vida dedicada al arte, a la escultura, a la construcción, una muestra de 250 piezas, aproximadamente obliga a que el visitante tome su tiempo y descanse de tanto en tanto, a lo mejor viendo la ciudad desde las alturas, para retomar el recorrido.
Hablar de la obra de Amaral, a estas alturas, resulta llover sobre mojado, pues es un artista clave en la historia del arte de este país. En todo caso, aunque ha sido bastante estudiado, no implica que esta exposición sobre. Todo lo contrario: resulta una invitación para quienes no hayan tenido la oportunidad de ver distintos aspectos de la obra de este artista que para su tiempo resultó casi subversivo al tratar, por ejemplo, el erotismo de una manera que dista mucho de ser inocente.
Son obras que todavía sacuden el polvo que a veces hace en los cerebros un nicho de tanto ver lo mismo. Si esto pasa en el 2022, solo piense lo que significó hacerlas y mostrarlas en este país tan conservador de los 60 y 70 (que esas décadas no fueron –a pesar de los estallidos sociopolíticos– de la misma manera que en EE. UU., la otra patria del artista). Mucho valor hay en esta obra que plantea, también, de alguna manera, la visión de un hombre dentro de una generación.
Hay también en esta muestra algunas esquinas de ‘soledades’, con piezas que no parecen tan ‘alegres’ como las maquinas sonoras. De hecho hay mucha oscuridad también. Las zonas oscuras del alma merecieron también su tiempo en este artista. Pero son interpretaciones personales y cada quien verá como la sentirá al verla.
En todo caso, esta exposición de Amaral plantea también varios retos para los creadores contemporáneos, pues une lo conceptual y una gran factura en la obra final. También reata en lo temático pues al ver la manera como resolvió asuntos como el erotismo y temas aledaños, en piezas que tienen décadas.
Si bien el arte, por fortuna, no es una competencia, el listón queda bien arriba.