‘Simbiontes: herbarios y bestiarios’, se configuró como un espacio de investigación y creación para crear fabulaciones conectadas al universo narrativo y el territorio, a partir de herramientas de la pintura, la escultura, el dibujo y el arte sonoro.
LILIAN CONTRERAS FAJARDO
Periodista
Para ARTERIA
Bestias, mutantes o criaturas mitológicas fueron el resultado del laboratorio de arte, ciencia y naturaleza en Quibdó ‘Simbiontes: herbarios y bestiarios’, en el que los participantes recibieron insumos y técnicas desde distintas ramas del arte como la escultura, el dibujo, los pigmentos naturales o el arte sonoro para “crear todo un universo narrativo”. Según el artista laboratorista Jhoan Salazar, “lo que se busca es mezclar sus vivencias (de los participantes) y la forma como se relacionan con la naturaleza y la ficción”.
Los resultados de este laboratorio se expusieron el 28 de octubre y cada uno de los asistentes, entre los que se encuentran artistas, artesanos y diversas personas afines a la cultura, presentaron sus criaturas mágicas, entre las que había, por ejemplo, una babosa que se alimenta de los políticos corruptos y los transforma para que liberen unas bacterias que colonizan a las personas para que hagan las cosas bien.
El laboratorio ‘Simbiontes: herbarios y bestiarios’ se realizó en la caseta comunitaria Aeroparque y en un salón de la Universidad Tecnológica del Chocó. Al inicio de la jornada, Salazar hizo una introducción histórica de los herbarios y bestiarios desde el contexto histórico en el arte, ya que “al ser humano siempre lo han acompañado las bestias y el mundo mitológico”, recuerda.
Desde el primer día se empezaron a pensar y crear los personajes a partir de la técnica del collage, un trabajo que continuó con los enfoques de diversos talleristas como Verónica Madrid-Malo, Carol Osorio y Laura Ceballos.
Así, desde la experiencia del cine, el sonido, la escultura, la representación en 3D y el contacto con la naturaleza se nutrió la fabricación del universo y contexto de cada personaje, su procedencia y la forma como se relaciona con otros personajes y su entorno.
“Estas bestias están rodeadas de muchos elementos del entorno natural, como animales, microorganismos, plantas o basura”, recalca Salazar.
Toda la experiencia de creación se basa en la mezcla entre ficción, el entorno e idea de mundo, y el objetivo de cada taller era aportar en la evolución y transformación de la bestia, así como de su mundo, ya que también se creó un gran telón pintado con pigmentos naturales para ambientar el hábitat de las creaciones.
Juan Diego Rivera dictó el taller de narrativas transmediales que sirvió para afianzar la creación del universo narrativo, de acuerdo con los medios que se iban a utilizar.
“Hicimos ejercicios de narrativa y escritura para crear el universo y la relación de la criatura con su medio que, generalmente, es una relación desde el conflicto. Como previamente habían trabajado en el personaje en sí, lo que se hizo fue enlazar la forma en relación con los medios y la estructura temporal”, explica el tallerista.
Este laboratorio ‘Simbiontes: herbarios y bestiarios’ fue organizado por el área de Artes Visuales del Ministerio de Cultura y diseñado por Mutante Lab para, desde el arte, proporcionar a los participantes herramientas en procesos de creación desde y para el arte, los saberes, la ciencia y tecnología.
“El diálogo fue alrededor del tema de la simbiosis y eso se hace muy claro para quienes son y están en la selva… saben qué es la simbiosis, qué son estas relaciones entre las diferentes formas de vida y que lo que emerge de esas relaciones es lo que posibilita que la vida exista, que la vida sea tan diversa y que se abra paso. Por eso, exploramos la colaboración, cooperación y unión entre especies que posibilitan nuevas formas de vida porque como seres humanos somos partes de la simbiosis, pero también podemos crear otras formas de vida”, comenta Natalia Rivera de Mutante Lab.
Al reflexionar, la tallerista Carol Osorio destaca que el planteamiento del laboratorio fue posible en cada taller porque “hubo un compartir de conocimiento, no solamente con las herramientas que yo llevaba y con mi experiencia, sino porque las personas que participaron en el taller tenían otros conocimientos; entonces nos complementamos y aprendimos”.